Entre los principales acontecimientos que ha sufrido la ciudad de Berlín en la historia contemporánea, podemos destacar la «Guerra Fría» o la Segunda Guerra Mundial. Pero no son los únicos.
Muchos turistas buscan pasar unos días de vacaciones en todos esos lugares de Alemania llenos de historia que tantas veces han leído en novelas y libros.
Uno de esos lugares es el que cuenta la historia terrible que sufrió el pueblo Judío es el Museo Judío.
Aquí vamos a poder encontrar múltiples objetos e historias de personas que lograron sobrevivir a la persecución nazi.
Este edificio ha pasado a ser uno de los monumentos de mayor importancia para la ciudad alemana, ya que con su arquitectura, es capaz de describir los sufrimientos que pasaron los judíos en aquel años.
Testimonio claro de esto lo tenemos en la denominada Torre del Holocausto o el Jardín del Exilio. En el interior, hay una exposición muy destacada de toda la historia judeo-alemana.
Se enseñan algunos documentos de la época que nos hacen entender mejor como era la vida judía en Alemania, con exposiciones sobre los hogares, salas sobre las deportaciones, emigraciones o la masacre que tuvieron que soportar.
Existe una exposición de dos mil años de historia del pueblo alemán y los judíos, donde se ve la visión de los habitantes judíos, una minoría siempre muy presente.
El recorrido es el siguiente:
- En la exposición del siglo XVIII se cuenta la vida de los judíos, tanto en la corte como en el país.
- En el siglo XIX hubo grandes avances económicos, pero la comunidad judía sufrió decepciones.
- Ya en el siglo XX se pueden ver varias experiencias de soldados germano/judíos en la I Guerra Mundial.
La sección que se dedica al nacionalsocialismo, hace posible ver cómo los ciudadanos judíos iban reaccionando ante el racismo imperante.
Al final los judíos terminaron sufriendo el horror y fueron eliminaros en grandes cantidad como tristemente ocurrió.
Es visita obligada a la capital alemana, tanto por lo que significa como por su amplia colección, así como por ser uno de los referentes mundiales de la arquitectura vanguardista.
Eso sí, también tienes la opción de informarte sobre los judíos y su historia más negra haciendo el recorrido de patios y arte del Barrio Judío de la ciudad. Lo organiza un guía oficial en español y lo puedes reservar a través de la web de Civitatis en este enlace.
¿Cómo es la visita al Museo Judío?
Es un edificio en forma de zigzag. Se basa en dos estructuras lineales que al combinarse forman el cuerpo del edificio.
La visita comienza en el nivel inferior del edificio, donde están los tres ejes vertebradores que lo forman:
- La Continuidad
- El Exilio
- El Holocausto
En sus intersecciones hay una serie de vacíos que se elevan de manera vertical hasta el techo del edificio.
El eje de la Continuidad te llevará a la escalera de Sackler, que se encarga de conectar el edificio antiguo con el moderno.
El arquitecto describió el eje como la continuidad de la historia de Berlín y del pueblo judío.
Desde aquí se bifurcan los otros dos ejes del museo. Cada uno de ellos representa una realidad.
El Eje del Exilio y su jardín
Se ve en sus paredes los nombres de las ciudades principales de las que los judíos tuvieron que huir después de la ola de antisemitismo previa a al Segunda Guerra Mundial.
Aquí aparecen nombres de ciudades como Londres, Montevideo, Sao Paulo o Nueva York. Se pueden ver maletas, objetos de viaje e incluso cartas de los emigrados.
Al final del pasillo está en Jardín del Exilio. Se encuentra en el exterior del edificio, con una pesada puerta de acero que hay que empujar antes de acceder al jardín.
De forma simbólica la puerta representa el esfuerzo y la determinación a la que se enfrenta el emigrante para dejar atrás la vida que tenía, su casa, trabajo, familia, etc. Todo esto era para buscar un futuro mejor, lo que representa un jardín al otro lado.
La realidad es que el jardín se eleva sobre unas columnas de hormigón a diferentes alturas, que descansan sobre un suelo irregular.
La situación que buscaba el arquitecto es la desorientación que tenían los exiliados cuando llegan a sus países de destino, con una robles plantados en lo alto de las columnas representando la esperanza.
El Eje del Holocausto y la torre
De modo diferente que en el muro del exilio que finaliza en una jardín que da una sensación al visitante de cierta desorientación pero con esperanza en la cima, aquí vemos un pasadizo sin salida o que tiene una salida a un lugar que podríamos calificar como de más tenebroso.
La torre del Holocausto se encuentra en una esquina del edificio, pudiendo acceder a ella por una puerta metálica bastante pesada.
Este espacio es de gran altura, conteniendo paredes robustas y una única fuente de luz. La ranura vertical se encuentra en lo alto de la torre.
En su visita puedes incluso oír los ecos de tus pasos, es bastante oscuro y las paredes de gran altura son imposibles franquear.
La sensación que uno tiene es la de sentirse muy pequeño, ya que miras una única línea de esperanza a unos cuantos metros por encima de ti, imposible de alcanzar.
La claustrofobia se hace protagonista aunque estén es un sitio de gran altura, con el objetivo de sentirse pequeño y frágil.
El Eje de la Continuidad
Aquí hablamos del pasillo más largo y se encarga de conectar el edificio moderno con el antiguo mediante las escaleras de Sackler.
Éstas comunican la extensión del nuevo edificio a las salas de exposición de carácter permanente.
El Vacío de la Memoria
Estos espacios son los encargados de representar el elemento estructural del edificio nuevo y de conectarlo al edificio antiguo.
Son cinco los vacíos que se encargan de atravesar el edificio nuevo de manera vertical.
Están compuestos de paredes de un hormigón desnudo que carece de calefacción, aire acondicionado y que no tienen luz artificial.
Se encuentran separados del resto del museo y son una representación de la ausencia de judíos en la sociedad germana, de forma que muestra una humanidad que ha quedado reducida a cenizas.
En el suelo podemos ver la escultura de Schalechet (Hojas Caídas) que pertenece a la artista Menashe Kadishman.
Las 1.000 caras de acero que cubren el suelo se dedican a la totalidad de víctimas de la violencia que son inocentes.
¿Dónde se encuentra el museo judío?
El Museo Judío, no está en el que fuera antiguo barrio judío de Berlín, sino en la dirección: Lindenstraße 9-14.
Si tienes dudas puedes contactar con ellos a través del teléfono: +49 (0)30 259 93 300
Medios de transporte
Metro U1, U6: Hallesches Tor; U6 Kochstraße;
Líneas de autobús que deja más cerca del museo: M41, M29
Horario de apertura
El horario del Museo Judio, así como de su restaurante y los jardines de su alrededor es de martes a domingo de 10 de la mañana a 8 de la tarde.
Los lunes abre hasta las 10 de la noche.
El museo cierra las siguientes festividades
- Rosh Hashaná
- Iom Kipur
- Navidad
Esperamos que ahora tengas más claro cómo visitar el museo judío de Berlín, ya que es uno de los lugares de interés que no te puedes perder en la capital alemana.
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