Sachsenhausen es el lugar donde hubo en su día uno de los mayores campos de concentración del III Reich.
Hoy en día es un lugar que podemos visitar para entender mejor la historia moderna de Europa y lo que no puede volver a pasar nunca más.
Si te encuentras en Berlín es una de las mejores excursiones de un día que puedes hacer. De hecho nosotros te recomendamos hacer esta espectacular excursión desde Berlín hasta el campo de concentración. Es en español, se encargan de llevarte y te explican toda su historia.
¿Para que se crea Sachsenhausen?
Hablar del campo de concentración de Sachsenhausen es hacerlo de un campo ideado para alojar prisioneros y su labor específica era campo de concentración y trabajos forzados.
Se encuentra a solo 30 kilómetros de Berlín, por lo que era un sitio con una localización muy buena para tener controladas a las voces disidentes del régimen.
Por eso, al comienzo de su andadura lo ocupaban únicamente enemigos de la ideología nazi. Entre otras ideologías abundaban comunistas, anarquistas, socialistas e intelectuales.
Construido en 1.936 por los prisioneros del campo de concentración de Emsland, fue el primer campamento que se realizó después de la llegada de Heinrich Himmler como jefe de la Policía Alemana en ese mismo año.
Su diseño fue un modelo que repitieron los arquitectos de las SS, ya que fue copiado a la hora de crear otros campos.
Estaba francamente bien ubicado, por lo que tuvo un papel importante en el sistema de campos de concentración del régimen nacionalsocialista.
Esto se refuerza cuando en Oranienburg se instaló la Oficina de Inspección de Campos de Concentración, que era, por así decirlo, el centro administrativos de todos los campos.
Pasó a ser un campo donde se entrenaban los soldados de las SS que más tarde serían guardas en los campos de concentración.
Como decíamos, la mayor parte de los prisioneros eran opositores políticos, pero poco a poco fue llenándose de unos grupos que los nacionalsocialistas definían como racial y sociológicamente inferiores, aquí se encontraban judíos, homosexuales, gitanos, testigos de Jehová o personas con minusvalías y discapacidades.
En 1.939 muchos prisioneros se deportaron a este campo, incluyendo a republicanos españoles exiliados del régimen del General Franco.
¿Qué ocurría exactamente en el campo de concentración de Sanchsenhausen?
Se estima que en sus 9 años de funcionamiento y contando varios campos más satélite, unas 200.000 personas fueron hechas prisioneras, viéndose obligadas a además a trabajar como esclavos para las empresas industriales de la zona.
Cuatro años después, a principios de la década de los 40 y con un aumento espectacular de violencia hacia los judíos, Sachsenhausen comenzó a tener entre sus muros a prisioneros judíos, aunque porcentualmente podríamos decir que fue una cifra baja.
Una de sus historias más espectaculares, es que en el campo se produjo una operación grande de falsificación hasta aquel momento.
Los alemanes dieron orden a los presos para que produjeran billetes estadounidenses y británicos para hacer daño a la moneda y economía británica y estadounidense.
Fuera de lo que era el perímetro del campamento, en una zona de carácter industrial, existían varios talleres pertenecientes a las SS, donde los prisioneros tenían que trabajar fabricando diferentes objetos, en su mayoría calzado y ropa, pero también llegó a fabricarse material militar e incluso tecnológico.
Marcas como Heinkel, AEG o Siemens, tan conocidas hoy en día, utilizaron mano de obra esclava.
Los presos en otros casos trabajaban también en una fábrica de ladrillos, que era la que debía abastecer al futura ciudad que Hitler ideo como capital del Nazismo, la Welthaupstadt Germania.
Las condiciones eran realmente duras, hasta el punto de que miles de prisioneros llegaron a morir por las condicionados en que se vivía en estos campos.
Si ya de por sí es dura la vida en la cárcel actualmente, añadamos brutalidad, tortura, cámaras de gas, experimentos médicos sin ningún tipo de ética o ejecuciones masivas.
Física y mentalmente una experiencia aterradora fue lo que vivieron estas personas. Acabada la guerra pasó a ser campo de prisioneros de la KGB rusa.
Las condiciones fueron muy duras y multitud de personas morirían por el hambre, enfermedad, los trabajos forzados o los maltratos que realizaban las SS.
Otros miles de presos, murieron en las llamadas «marchas de la muerte» que se produjeron después de evacuar el campo a finales de abril de 1.945. Cuando llegaron al campo los soldados polacos de un batallón soviético los liberaron, quedaban unos 3.000 presos con diversas enfermedades.
Sachsenhausen como prisión soviética
Corría agoto de 1.945, cuando el Campamento especial nº7 del régimen soviético, paso a trasladarse a la zona en la que estaba Sanchsenhausen.
Salvo los crematorios y demás instalaciones de exterminio, el resto de las instalaciones del campo se usaron para idénticos fines.
De nuevo se repitió la historia, opositores políticos al régimen soviético, presos detenidos de manera arbitraria y condenados por tribunales militares soviéticos.
Cuando se cerró el campo en la primavera de 1.950, de las 60.000 personas que fueron encarceladas, 12.000 murieron por diversas enfermedades y desnutrición.
Visita, memorial y museo
En 1.956, una vez que las instalaciones ya no se utilizaban, la Policía Popular y el Ejército Nacional de la RDA (República Democrática Alemana), tuvieron un plan para crear el Memorial Nacional de Sachsenhausen.
No solo preservaron todas las estructuras originales que sobrevivieron, también idearon un obelisco que simbolizaría «la victoria del antifascismo». Así que éste pasó a incorporarse, sumando al resto de edificios originales que todavía quedaban.
Después se excavó y reconstruyeron algunos de los edificios del original campo nazi. El gran trabajo de recuperación fue increíble pese a los destrozos de la época de la RDA.
Después de terminar los trabajos de remodelación, actualmente es un lugar para el duelo y el recuerdo.
El centro de información para el visitante es el primer punto que te encuentras. Tanto si es visita en grupo o individual (como ésta visita guiada en castellano que hicimos desde Berlín), la información necesaria se entrega ahí.
Destaca una exposición donde a modo de introducción explican los muchos aspectos del memorial y da información sobre las exposiciones que en ese momento se estén realizando.
En el recorrido se visitan 37 puntos de interés e incluso se pueden ver películas en el cine que se sitúa en lo que fue la antigua lavandería del campo.
Existe un interés especial por dar al visitante la mayor información posible. Se busca la sensibilización de las personas, lo que tiene una gran importancia a la hora de orientar en lo ético y político para que no vuelva a producirse este tipo de discriminaciones y malos tratos entre seres humanos.
Los presos que estuvieron en este campo, son unos grandes desconocidos, ya que, pese a que su destino se ha podido documentar, los demás datos están presentes desde la perspectiva de los responsables del campo y de la ideología nacionalsocialista.
El Memorial subraya la importancia de intentar mostrar el lado humano en lo posible, con informes de los presos, copias de documentos, dibujos y fotos. Esto hace posible que los presos puedan volver a ser visitables.
¿Cómo podemos llegar a Sachsenhausen?
El campo está en Oranienburg, al norte de la capital berlinesa y a no mucha distancia de ella.
Podemos llegar desde Berlín de varias formas, aunque nosotros recomendamos contratar esta excursión de un día en la que no tienes que preocuparte del traslado y te explican en español todo lo interesante sobre este lugar.
Las opciones para ir por nuestra cuenta son:
- Tren regional (R5)
Si queremos llegar en tren, existe la posibilidad de adquirir un billete para las zonas ABC en cualquier estación de metro o tren de Berlín.
Desde la estación central (Hauptbanhof), debes tomar la línea R5 hasta Oranienburg, que son cerca de una media hora de viaje.
- Cercanías (S1):
Lo mismo que en el anterior, si queremos llegar al campo, debes comprar un billete ABC en cualquier estación.
La línea de cercanías, va por el centro de la ciudad, pudiendo llegar a Oranienburg desde las estaciones de Potsdamer Platz , Friedrichstrasse o Gesundbrunnen.
Una vez llegados a la estación de Oranienburg, solo hay que seguir con las señales que pone «Gedenkstaette» o continuar los grupos de visitas guiadas, que son de unos 20 minutos a pie hasta el memorial.
Recuerda que también puedes coger el autobús número 804 en la dirección de Malz y bajar en «Gedekstaette». Como ves hay opciones varias y está bastante bien comunicado.
¿Merece la pena visitar este campo de concentración?
Es una decisión muy personal, pero rara vez quien lo visita sale indiferente.
Su cercanía respecto a Berlín, ayuda a que sea uno de los campos más visitados.
El tema de los campos de concentración es uno de los mayores actos de crueldad de la historia, aunque hemos podido ver más campos en otros momentos de la historia posteriores, desde los soviéticos a los que hasta no hace mucho pudimos ver en la Ex Yugoslavia a finales del siglo XX o en Guantánamo.
Son lugares que con independencia de los delitos que se cometan, las leyes en general parecen estar en un segundo plano y la realmente válida es la propia ley del campo, implacable para quien no la cumple.
A nivel ético puede ser una visita enriquecedora, aunque uno salga de la visita con el corazón encogido, pues parece mentira que entre seres humanos se hicieran estas atrocidades.